jueves, 16 de agosto de 2012

El hacker populista


¿Qué comparten la "ética del hacker" y el gobierno de Correa?




Ecuador ha decidido otorgarle asilo político a Julian Assange. Los focos del mundo posados en la embajada de Londres. Para miles (¿millones?) de fans del fundador de Wikileaks este hecho es poco menos que una victoria. En el Perú, una estrella nunca estuvo tan cerca.

Pero ¿Ecuador?

El gobierno de Correa ha hostigado periodistas; presiona desde el poder político ante destapes de casos de corrupción ¿No representa el polo opuesto de los valores de transparencia de la organización?

No.

Más allá de las razones urgentes que motivaron a Assange (el peligro de la extradición), resulta llamativo la afinidad política del fundador de Wikileaks (paradigma de la llamada "ética hacker") y el gobierno de Correa. Comparten, en líneas generales, un desdén por los canales institucionales de rendición de cuentas. En Ecuador, la democracia directa (y el "mandato" ciudadano) es impulsada desde Correa, a costa de mellar el monitoreo de los partidos en el Legislativo y, principalmente, de los brazos judiciales. Así, en vez de fortalecer los mecanismos de democracia representativa, éstos son directamente desmantelados.

Actualmente, el Ejecutivo ha concentrado gran poder.

En el otro lado de la moneda, la acción de extraer información de los gobiernos y divulgarlas a la ciudadanía brinda la sensación de que podemos, efectivamente, controlar a quienes nos gobiernan. Así, para muchos, la tarea de Wikileaks es, por antonomasia, democrática. De esta manera, se evita -una vez más- los canales de la democracia representativa; el gobierno (pero no sólo el jefe, sino las cortes, los partidos) son vistos con desconfianza. Nada más seguro -nada más democrático- que un ciudadano frente a su computadora.

El desprecio a la "partidocracia" y la exaltación de la "democracia directa" parecen ir de la mano. Assange y Correa parten, quizás, del mismo ideal. Queda como interrogante si el primero no se ha quedado en la utopía y el segundo se ha volcado a la (cruda) realidad.

2 comentarios:

  1. En mi opinión la desconfianza que sugieren el gobierno, las cortes, los partidos, se los crean ellos solos, sin necesidad de Wikileaks para recordárnoslo. Está claro que hace falta un cambio de paradigma democrático y que las grandes fuerzas mundiales (Estados Unidos y sus secuaces) siguen luchando para evitarlo, obviamente.

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  2. Esa desconfianza se reflejó también en la elección de Correa en el 2006, que reflejó el sentir de la población. Sobre el cambio de paradigma, no lo niego como deseable, siempre y cuando no se desarme lo anterior. Lo que en el norte se anhela, en los países andinos ya lo sufrimos.
    Gracias por leer el blog :)

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