Lecciones de un tesista que está cansado

Este post va a saber a queja.

Cuando se actúa con buenas intenciones, se comparten inquietudes para tratar de alertar sobre ellas y resolverlas. Es "normal" que se resalten los problemas de la Ciencia Política como disciplina. A fin de cuentas, en el Perú no tiene ni una década de existencia. Estudiante no hay carrera, se hace carrera al laburar.

Al grano ¿Cuál es el futuro laboral de los egresados de Ciencia Política orientados a la investigación (es decir, a la "Política Comparada")? Naturalmente, cada uno es dueño de su propio destino. El "éxito" laboral esta ligado a la disciplina, persistencia y hasta cierta dosis de suerte. Pero los politólogos que quieren ganar dinero investigando en un país -para empezar- donde nadie investiga enfrentan problemas en el camino que vale la pena señalar.

No soy experto, pero es harto conocido que el sistema de educación superior te obliga a que te licencies. El título será tu carta de presentación ante la vida. Perdón por el melodrama, pero la presión que se ejerce sobre el estudiante (familia, profesores, uno mismo) es abrumadora. La imposición es llevar un curso especial (que es un gasto enorme); algunas universidades han abierto esta opción. En la mayoría -y en las que se asume que su nivel de exigencia es más elevado- la otra opción es la tesis. Más aún, el estudiante con aspiraciones a la investigación acariciará la idea de su tesis como el primer peldaño en su carrera académica. Lamentablemente, "hacer" la tesis implica dejar de trabajar. Resulta -para la mayoría- un trabajo a tiempo completo. La tesis, entonces, tiene un riesgo: perder los contactos laborales. En otras palabras, el estudiante enfrenta un trade-off entre un valor académico (tu tesis) y experiencia (más párrafos en tu CV). ¿Qué privilegiar?

Creo que el estudiante (futuro investigador a punto de egresar), antes de obedecer a sus profesores, debería evaluar sus condiciones individuales y las condiciones "institucionales" de la academia. Empezando por lo último, en el Perú la investigación, además de risoria irrisoria, es pésimamente pagada; más aún: es gratis. El punto que quiero enfatizar, sin embargo, es la escasa oferta debido a la falta de centros de investigación. Los pocos que hay -incluyendo a las universidades- no mantienen por lo general una política de convocatorias abiertas. Ingresar a una plaza como asistente depende de contactos con profesores e investigadores, quienes están al tanto del trabajo académico de los egresados (incluída la tesis). Esta política está poco institucionalizada; existe el peligro que en algunos círculos prime la argolla. El resultado: el camino para alcanzar el segundo peldaño y que brinde al egresado un mínimo soporte económico es largo, temporalmente dilatado. Esto me lleva al primer punto ¿Qué sucede mientras tanto con la economía del egresado?¿De qué come? ¿El trabajo en investigación como el cricket, una actividad de ricos? Pareciera que el estudiante que goce de una básica comodidad económica efectivamente puede hacer un poco más soportable la espera.

Pero los egresados (y futuros investigadores) tienen que trabajar (aunque no en investigación sino en el Estado o en la Sociedad Civil). Más aún, mi sugerencia es que -antes de culminar con la tesis- deben conseguir muy buenas prácticas, acumular la mayor experiencia laboral posible. Una actividad que depende de cada uno. Sin ello -y aquí si lo digo por experiencia propia- embarcarse en la tesis es una empresa suicida, además de difícil. Porque, dada la dificultad de la carrera académica, conseguir trabajo fuera de ella con un Título a Nombre de la Nación es paradójicamente imposible. Simplemente, o tus expectativas remunerativas (con el título) no alcanzan a la institución o -como no existe la figura de practicante y estás sobre calificado- tienes que ser CAS con 7 años de experiencia.

Si no se cuenta con suficiente pasado laboral, patear la tesis es una alternativa legítima, incluso para los futuros comparativistas. Presionar para terminar la tesis no solo puede ser perjudicial; puede ser, en cierta medida, una injusticia.